lunes, 12 de abril de 2010

0800laputaqueteparió

No me gusta atender el teléfono. Cuando estoy sola en mi casa, aprovecho y me manejo con la regla del que suene, total si es para mí me llaman al celular. “Decile a tu papá…avísale a tu vieja entonces…por favor que se comunique conmigo…”. Ni en pedo. Siempre me olvido.
Entonces cuando hoy sonó el teléfono me hice la boluda. Seguí con la mirada clavada en la pantalla de la tele, buscando algo decente. Pero no llamaron una vez. Llamaron 3 veces, a promedio de 7 rings por llamado. Me hinché las pelotas y atendí.

Pilar-¿Hola?
X- Hola. ¿Quién habla?
P- ¿Cómo quién habla? Llamaron acá, yo atendí. ¿Quién es?


(Recuerden: no me gusta hablar por teléfono y menos me gusta tener que remar charlas con gente que no me interesa, ni sé quién es.)

X- Soy yo. ¿Quién sos?
P- No conozco ningún yo. ¿Qué te importa quién soy? Vos llamaste.


Aumenta mi temperatura corporal. Para mal.

X- Jaja, dale…siempre me haces lo mismo. Pasame con Mariano que le tengo que preguntar una cosa.


A esta altura ya me di cuenta de que es número equivocado. En un momento dudé y pensé que quizás era algún conocido de mis viejos y yo estaba siendo muy, pero muy maleducada.

P- ¿Eeeee? ¿De qué hablas? Acá no hay ningún Mariano. Te equivocaste de número tarado. La próxima marca mejor porque me despertaste. Chau.

Estaba apunto de cortar y le mandé un “¡Gil!”, mi insulto legal preferido.
Corté antes de que pudiera decir algo. Aunque el llamado me molestó, quedé como satisfecha. Me reí un poco, saqué el “mute” de la tele y seguí haciendo zapping.
Suena el teléfono de nuevo. La puta madre, grité. No voy a atender, pensé. Soná conchudo, no pienso moverme. Pero de nuevo lo mismo. Exceso de rings y al final atendí.

P- Hooola.


No fue una pregunta, fue más como una afirmación. Esto hizo que mi voz sonara distinto supongo porque el Tarado no se dio cuenta que había llamado a la misma casa.

X- Hola, por favor con Mariano. Habla Carlos.

Carlos. Tarado se llama Carlos.

P- ¿Otra vez vos? Marcá bien. Fíjate bien el número, porque claramente lo tenés mal. Acá no vive ningún Mariano.


Corté. No es que sea tan rápidamente irritable. Pero con los números de las casas en las que viví siempre tuve mala suerte. En una época llamaban preguntando por remisería fácil 3 veces por día. Cada tanto mi viejo (supongo que heredé esto de él) mandaba algún Duna blanco. Lo deben seguir esperando.
Volví a mi rutina, pero sonó el teléfono de nuevo

P-¡Pelotudo, la puta que te parió! ¡Dejá de llamar!
X2- Ay…em…perdón. Creo que me equivoqué de número.


No. No se había equivocado. Reconocí la voz. Pero ya era muy tarde para pedir perdón.
Después de eso no volvió a sonar el teléfono hasta llegada la noche, cuando no era yo la única en casa.
Yo, por las dudas, no atiendo más.

2 comentarios:

  1. quizás algún dia lleguemos a ganar platita con adsense
    mientras, te firmo yo, me firmás vos a mi jajaja
    en vez de ponerte el "divertido" o el "guay", lo hago por aca. después decime cómo hago para poner esos cositos que me olvidé! y voy a implementar la de tu viejo, de mandar dunas blancos

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  2. Stefi Renau (claramente)27 de abril de 2010, 12:11

    jaja, sos genial pilar.
    pero me llegas a contestar asi algun dia y creo que me voy hasta tu casa y te pego jaja

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